jueves, 26 de mayo de 2016

AGÓN (Parte 2)

·         Juegos Olímpicos

Aún hoy se desconocen los motivos que impulsaron a los griegos a crear los Juegos Olímpicos. La ciudad de Olimpia, situada en el Peloponeso, a unos 80 kilómetros de Esparta y a 320 de Atenas, era un antiguo santuario dedicado a Zeus, padre de los dioses. Desde muy pronto Olimpia ocupó un lugar importante en el culto a Zeus, aunque se desconocen los motivos exactos.
La importancia del santuario y de los festivales religiosos y deportivos determinaron que surgiesen muchas leyendas que asociaban a Olimpia con el culto a Hércules, considerado el fundador de los Juegos.
Las actividades agonísticas, en que los Juegos Olímpicos antiguos se desarrollaron por medio de la carrera, el salto y el lanzamiento.
Durante los juegos tenían lugar numerosas ceremonias religiosas, al igual que en los otros lugares de Grecia donde se celebraban juegos atléticos (Delfos, Corintio y Nemea) con un claro carácter panhelénico, es decir, con la participación de todas las ciudades griegas.
La tradición griega asignaba la fundación del festival a diferentes dioses, héroes y figuras legendarias: Zeus, a los Dactilos cretenses (REA-HIJOS-CUIDADOS) o Heracles.

  • La carrera (dromos): fue sin lugar a dudas, tanto por su importancia, como por su permanencia y tradición, una de las piezas agonísticas fundamentales que compusieron el programa deportivo de los Juegos de Olimpia. Es más, durante muchos siglos, las Olimpiadas se redujeron simplemente a la celebración de un concurso, que consistía, precisamente, en una sola competición de carrera.

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